#InformeSeriesly

Llego a mediodía a mi casa y, como no hay nadie, pongo la tele en busca de algo entretenido que ver mientras como. ¿Y qué me encuentro? 

a) Informativos: hey, otro caso de corrupción (creía que los informativos daban noticias, esto desgraciadamente ya no es ni novedad), el presidente esta visitando a otro presidente para mejorar las relaciones internacionales (en serio, ¿estas reuniones sirven alguna vez para algo?) el temporal de Galicia (donde entrevistan a varias señoras que sonríen nerviosillas mientras dicen que hace mucho frío) y ya las "noticias" de relleno (un hotel para perros, un estudio que dice que las ratas no siempre distinguen el japonés hablado al revés del holandés hablado al revés, la cuadrigentésima gira de Los Rolling Stones...).

b) Programas de debate: aún peor que los informativos, no sólo escuchas las mismas noticias que antes, sino también las opiniones de cuatro señores (con suerte alguno de ellos buen periodista) sobre todo lo anteriormente nombrado.

c) Mujeres y hombres y viceversa: Sólo con que alguien al teclear estas palabras en Google vaya a poder llegar a mi blog ya me da mal rollito.

d) Repeticiones exhaustivas de las primeras temporadas de Los Simpsons. O peor todavía, capítulos nuevos de Los Simpsons. Lo siento Matt Groening, pero quizá debiste hacer caso al dicho "lo bueno si breve, dos veces bueno".

Total, que acabo conectando el portátil y viendo algún capítulo de Community (¡¡muy recomendable!!). Y por las noches, parecido. Con suerte haciendo zapping me encuentro con alguna serie que me gusta, pero ¡Oh! Vaya... Es de la tercera temporada  y yo voy por la cuarta, que están emitiendo ahora en EEUU.

Recuerdo que hace unos años tenía programados todos los días de la semana con series que echaban por la tele: lunes CSI, martes House, miercoles no lo recuerdo (es posible que fuera Ana y los siete, no me dejéis de leer por ello, todos tenemos un pasado oscuro), jueves Perdidos, viernes Cruz y raya, sabado alguna película y domingo 7 vidas. 

Pero la globalización ha llegado para quedarse y, aunque la programación de las cadenas principales fuera excelente y de calidad, no daría a basto para la cantidad de series, películas, programas y documentales que se generan en todo el mundo. 

De verdad, si recurro a internet para ver este tipo de contenido no es por que sea gratis, me cuesta el mismo dinero ver una serie en Tele5 que en allmyvideos.com (casi más en el segundo, que tengo que pagar el ADSL), y sigo yendo al cine cuando una película me interesa de verdad. 

No. Si uso internet es porque quiero ver lo que a mí me gusta, cuando a mí me apetece y en el idioma que quiera, que suele ser en versión original (en serio, Constantino Romero era un As, pero estoy cansada de escuchar a Buffy cazavampiros cada dos por tres en cualquier serie, y de ver a Morgan Freeman haciendo del presidente de Estados Unidos mientras habla con la voz de Gandalf el gris).

 

 

Sinceramente, creo que no me importaría pagar por tener acceso a una web tipo series.ly, si estuviera segura de que no le van a seguir imponiendo restricciones, que voy a poder encontrar la variedad de contenidos que hay en la red y que estos contenidos van a tener mejor calidad que la que se suele encontrar en internet (¿A quién le gustan las imágenes pixeladas?).

Pero parece que los Gobiernos no están por la labor de buscar soluciones de este tipo, sólo se preocupan de perseguir y multar a este tipo de páginas web (y quién sabe si, en un futuro próximo, de encarcelar a los que las gestionan también). Y no se dan cuenta de que si cierran ese grifo, otro se abrirá. ¿Acaso no parecía que el fin del mundo iba a llegar con el cierre de Megavideo y ahora tenemos un sinfín de servidores similares?

Quieren ganar esta partida y no se dan cuenta de que ya la han perdido. Es el futuro al que nos llevan las nuevas tecnologías y no lo van a poder evitar. Alguien debería decirles que en este juego no se trata de "ganar o morir", sino de "renovarse o morir".